martes, 28 de septiembre de 2010

Relegar la responsabilidad

Hay un viejo cuento con tres personajes: Todos, Alguien y Nadie.
Ocurre que había que hacer un trabajo importante, y Todos sabía que Alguien lo haría.
Alguien podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo.
Alguien se enojó cuando se enteró, porque le hubiera correspondido a Todos.
El resultado fue que Todos creía que lo haría Alguien, y Nadie se dio cuenta de que Alguien no lo haría.
¿Cómo termina la historia? Alguien reprochó a Todos porque en realidad Nadie hizo lo que hubiera podido hacer Alguien.

Esta es una de esas anécdotas a las que recurría mi vieja cuando trabajaba coordinando grupos. Originalmente era distinta, pero la cambiée un poquito a mi gusto.

Qué difícil, ¿no?, cuando hay que hacer algo que les corresponde a muchas personas a la vez. Lo justo sería que lo hagan todos, pero con el lío que se generaría con la diferencia de capacidades, tiempos, pensamientos… termina siempre siendo más práctico que lo haga/n uno/s. Inclusive a veces, termina saliendo mejor el trabajo.
Pero cuando sale mal, ¿qué pasa?
La culpa es de Cristina :P

1 comentario:

  1. Muy buen cuentito o textito jajaj. Es una cuestión el tema de la delegación. El problema es que a veces uno tiene que confiar en otro, y a veces no se lo conoce, no se sabe que es lo que hará, o si lo hará incluso.
    Creo que un mito popular que tiene bastante de verdad es que el argentino promedio se tira a chanta, trata de evadir esa responsabilidad, es improvisado. Eso es una cualidad en si misma, pero no cuando interfiere en otras cosas. Por otro lado, los extremos son malos. Uno a veces sabe que puede hacer lo mejor, pero tiene que aprender a delegar. A veces puede ser un simple trabajo practico en la escuela. Otras, unos años despues, ser capaz de asignar tareas para concentrarse en un trabajo mas importante.

    Es como en la programacion, a veces tenes que preparar un modulo y mandarle cosas, confiando en que te va a devolver lo que necesitas para seguir :P

    ResponderBorrar