sábado, 2 de octubre de 2010

Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos

Esto es un rejunte de información que saqué de internet sobre el libro Amor líquido de Zigmunt Bauman sobre las relaciones “profundas” y a “largo plazo” entre personas, aunque creo que también tiene alusiones a su otro libro, Vida de consumo.
Bueno, ahí vamos.


Empecemos por que el ser humano desde su nacimiento consume como forma de satisfacción de sus necesidades básicas. A medida que el individuo se desarrolla, a esas necesidades básicas se le suman nuevas necesidades de origen social por razones externas a su naturaleza, para crear una identidad y ser miembro de una sociedad. Asume el mundo donde ya viven otros comprendiendo los procesos subjetivos momentáneos. Cuanto más dinámica es la sociedad, más está obligado el hombre a poner continuamente a prueba su capacidad vital.
En la sociedad de consumo en la que vivimos los productores impulsan nuevas técnicas de venta para fomentar la compra por impulso y manejar las decisiones de los consumidores. El hombre es impulsado al consumo de productos, y más sutilmente, de imágenes, de ideas, de modos de vida por encima de su voluntad, guiado por fenómenos paralelos como las modas. Aquellos que no tienen la posibilidad de adquirir los bienes que se ofertan, viven su carencia como una auténtica exclusión social, ya que la sociedad de consumo propone la identificación de la posición social sobre la base de la tenencia de determinados bienes.
En el sistema mundial contemporáneo una de las premisas es el crecimiento. La exigencia básica de toda empresa, de todo proceso de producción, es la de crecer. Y esa exigencia se podía satisfacer en la modernidad clásica de los '50 sin la idea de cambiar perpetuamente de bienes. Digamos, cuando todavía quedan familias sin automóviles se puede crecer vendiendo a más familias, y cambiando los bienes en lógica de reemplazo. Pero cuando todos tienen automóviles, sólo se puede crecer si se instaura la idea que hay que cambiar regularmente de automóvil: que lo antiguo tiene que desecharse por el sólo hecho de ser viejo.
Frente a los desafíos de la globalización, las encrucijadas de la ética y la pérdida del sentimiento comunitario actual, la exigencia de desechar lo antiguo es lo que Bauman enfatiza que es característica de la nueva sociedad.
Estamos en a una sociedad con valores que se cambian velozmente, tal como los objetos de consumo. Cuáles son los niveles de compromiso y responsabilidad que se esperan de los demás, es una cuestión cultural que dependerá siempre de las personas en sociedad y sus situaciones particulares. Los modelos de consumo están a tal punto interiorizados que rigen los comportamientos más íntimos de las personas.
Si uno quiere ropa, va al negocio y trata de encontrar la más fascinante, la que más placer le da al ponérsela. La paga, vuelve a la casa y espera que le quede perfecta y que el deseo que tenía al comprársela quede satisfecho. Si eso no ocurre, o uno devuelve la prenda y recupera el dinero, o la tira a la basura. Esa es la forma de lidiar con los objetos materiales. Su único valor, y por ende, el único examen que tienen que pasar, es dar satisfacción a quien los consume. El problema es cuando tratamos a los seres humanos de la misma manera: en cuanto alguien deja de satisfacernos o de sorprendernos, o simplemente se vuelve parte de una rutina, lo descartamos o cambiamos por otro. Lo peor es que hasta el tipo de consejos que se suele recibir de los psicólogos y los terapeutas de pareja apunta en esa dirección. Si algo no satisface en el corto plazo, no sirve; no hay que demorar la gratificación, dicen a menudo a sus pacientes, lo cual está hecho a medida para fomentar las expectativas consumistas.

Para ser participantes de verdad en la sociedad, tenemos que transformarnos nosotros en bienes de consumo (y por tanto en seres que se pueden comprar, usar, desechar). Si hay gente en el mundo que no ha entrado en el patrón consumista no es porque no quiera, porque esté buscando algún tipo de vida mejor, sino porque no puede, porque no tiene los recursos necesarios. “El consumismo puede promover la uniformidad, pero también es un poderoso diferenciador. La incapacidad de consumir es una receta segura para la exclusión. Quienes no pueden consumir son vistos como personas que no merecen cuidado y asistencia. Entonces, consumir más es el único camino hacia la inclusión social.”
Sin embargo, Bauman dice “No estoy en contra del consumo. Todos los seres vivos deben consumir, es una necesidad del metabolismo. Nuestros antepasados consumían, no hay nada de nuevo en eso. Lo que me preocupa es el consumismo o el síndrome del consumismo: cuando la relación que tenemos con los objetos de consumo se traslada a otras áreas de la vida que deberían estar sujetas a reglas y actitudes totalmente distintas. Y que esto ocurra en escala masiva, eso sí es un fenómeno nuevo.” El consumo no es una máquina patentada que arroja cierto volumen de felicidad por día. Sostiene que “someterse al yugo hedonista no consigue aumentar la suma total de satisfacción de los sujetos sino todo lo contrario”. “Todos hemos visto, oído, y aun escuchado a pesar nuestro, a pasajeros del tren que, a nuestro lado, hablan sin parar por sus teléfonos. (...) Uno diría que están contando los minutos que los separan de sus seres queridos y que no ven la hora de poder mantener esas conversaciones cara a cara. Pero quizás no haya pensado que muchas de esas charlas por celular que usted escuchó por azar no eran el prolegómeno de una conversación más sustancial a producirse al llegar, sino un sustituto de ella. Que esas charlas no preparaban el terreno para algo real, sino que eran lo real en sí. Que muchos de esos jóvenes anhelantes de informar a sus invisibles interlocutores acerca de su paradero, ni bien lleguen a sus hogares correrán a sus cuartos a cerrar la puerta con llave detrás de sí.”
Bauman denomina a este tipo de lazos entre las personas relaciones de bolsillo “ya que se pueden sacar en caso de necesidad, pero que también pueden sepultarse cuando no son necesarias”. La filosofía de quienes optan por las relaciones sin ataduras a largo plazo consiste en someter constantemente a evaluación a la pareja del momento no desechando la posibilidad de cambiar a esa persona por otra más seductora. “Nos gustan lo nudos que atan fuerte, pero que se pueden deshacer con facilidad en cualquier momento, lo cual suele ser fuente de sufrimiento, autorrecriminación y una conciencia muchas veces intranquila. Lo que nos gustaría, en realidad, es poder poner en cada relación un cartel de que se trata de un compromiso hasta nuevo aviso.”
Frente a un futuro visto como incierto y fortuito para concretar una relación a largo plazo, cada vez tienen mayor auge este tipo de relaciones de momento. En una pareja ambas partes viven con el miedo permanente a ser descartados o cambiados, porque sin ningún tipo de restricciones o deberes con el otro entramos en un mundo de incertidumbre continua respecto al futuro, que trae una enorme ansiedad a las partes involucradas. La incertidumbre genera sufrimiento y seguramente para muchos apostar a una relación con compromiso y responsabilidad no deja de ser una gran aventura en una sociedad que favorece la fragilidad.
La novedad de hoy ha quedado ya inevitablemente envejecida por la novedad de mañana que ya se espera. Y esa novedad con fulgurante fecha de caducidad no es sólo la del objeto: es la del propio sujeto consumidor convertido él mismo en objeto de consumo, es la de los hábitos, la de las acciones y las pasiones, o la de las relaciones sociales, afectivas o laborales. Satisfacción rápida con compromiso cero, relación breve e intensa con responsabilidad nula. Se impone reciclaje; o se acumula una insoportable cantidad de residuos físicos, sociales, afectivos, sociales, morales.


“El amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas.”

10 comentarios:

  1. Neush3/10/10

    Quiero aclarar dos cosas. Una es que yo creo que ya somos bienes de consumo porque de hecho, el capitalista consume a los trabajadores y de su labor saca su sueldo y ganancia Por ende la gente no burguesa es consumida (Lamento que entre en juego mi vision zurda). Y la otra cuestión es que antes los bienes, como los automoviles, estaban hechos para que duraran décadas (En la costa es muy común ver heladeras de los años 50' que todavia andan a la perfección O.O). Ahora la idea es que uno, quiera o no, deba renovarlos y así, la empresa, pueda "crecer" (como plantea el post). Y este es un problema para los de clases bajas, ya que si logran obtener alguno de los bienes que la sociedad induce a que tengas, en un periodo relativamente corto van a recibir una nueva orden de cambiar el bien.

    PD: Me sorprendió Bauman. Nada que ve con lo que había leído de él. Me pareció fabuloso el post...

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  2. Me alegro que te haya gustado el post :)
    Pero ni acotaste sobre el tema principal, las relaciones humanas xP
    Me la quedás debiendo ehhh

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  3. Neush4/10/10

    Es que prefiero no opinar sobre las relaciones humanas, me gusta más vivirlas XD... Además, ¿quién soy yo para juzgar la forma en que otros se relacionan? Yo pienso en como me relaciono yo con los otros seres

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  4. Que excusa de vago eso de 'prefiero vivirlas'.
    Si todos tuvieramos tu optica neush, Bauman jamás habría escrito esta pieza jajaj.

    Igual perdon mel, yo voy por su ruta, no opino demasiado sobre el texto. Recien me libero de un finde horrible plagado de gradientes e integrales y mi mente está en terapia intensiva todavía (?) :P

    Que tiempos, estudiar a este chabón con Petrone (o era Cacharo?) :P

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  5. Petrone, you bastard

    Chicos, me han decepcionado, esperaba que con esto saliera una aproximación de lo que uds consideraban formas 'correctas' e 'incorrectas' de comportarse en una relación

    Y neush, juzgamos todo lo demás, ¿por qué no vamos a tener una opinión también de esto?
    Te aseguro que te va a afectar como se manejen amorosamente las demás personas

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  6. Neush5/10/10

    Yo nunca dije que todos deban tener mi optica. Abajo del post dice: "Publicar un comentario en la entrada"; y eso hice :P... Lamento haberte decepcionado meli, pero prefiero decirte lo que realmente pienso a guitarrear... Lo que si te puedo decir es como llevo adelante mis relaciones con otros... Más alla del abanico de posibilidades que hay para charlar con otra persona, creo que si no hay encuentros cara a cara no tiene sentido tener una relación, ya sea amistosa o amorosa... Que mejor que compartir un café, un helado, una cena o simplemente juntarse a pasar el día en una plaza. Eso aún la tecnologia no logró cubrirlo y espero que nunca lo haga porque sino viviriamos encerrados en nuestras casa....

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  7. Jaja mi extremista amigo
    Que sea mil veces mejor compatir un café o un helado no creo que quite el poder ser amigo de alguien que no conocés por internet, creo que sí tiene sentido... una relación amorosa, eso es otro tema, es muy complicado y no muy sano, pero creo que durante un tiempo podría ser posible también

    Esto que dice Bauman a mi me hizo plantearme muchas dudas sobre cómo se supone que se debe encarar una relación a largo plazo
    Desgraciadamente yo fui una de esas que cortó una relación solo porque se volvió rutinaria, y en su momento traté que deje de serlo, pero supongo que no traté tanto
    ¿Qué tiene que hacer uno en esos momentos? Porque qué más quisiera yo que seguir sintiendo lo que sentí siempre por esa persona
    Es difícil discernir hasta qué punto uno le debe a su pareja hacer un esfuerzo y desde qué punto es mejor para ambas partes terminar la relación (porque estar por inercia no debe ser lindo para nadie)
    Y lo más incierto de todo, el esfuerzo ¿de qué forma se hace? ¿Servirá para algo?
    Igual siempre vale la pena tratar creo yo. Por todo el tiempo que estuviste con esa persona. Aunque no sirva después, no va a ser tiempo que sientas desperdiciado. Te libera un poco de culpas saber que trataste de hacer lo que pudiste para sacar a flote las cosas. Pero un poco nomás :/

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  8. Esto de relaciones 'de bolsillo', cosas rapidas que pueden ser descartadas en cualquier momento, posta que cada vez se siente mas comun.
    Lo pienso como una combinación de este consumismo con el ya clasico miedo al compromiso. Rutina no siempre tiene que ser algo malo, sin embargo creo que se tiene una imagen pésima de lo mismo. Una relacion siempre va a tener una parte que se vuelva rutinaria. El tema es que exista algo mas ademas de esa rutina.
    Y extremos tampoco valen, alguien que quiere una relacion que sea constantemente cambio, extremadamente espontanea, creo que es alguien que, tal vez un poquito, le teme a ese compromiso que se asocia con la rutina.
    Que se yo, para mi esas cuestiones de las relaciones siempre vuelven al tema del compromiso que uno esta dispuesto a tomar en un determinado momento de sus vidas.

    Espero no haberme ido demasiado de tema :P

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  9. ¿Y si uno está realmente dispuesto a tomar el compromiso pero de un día para el otro se da cuenta que está dejando de sentir lo mismo? ¿Cómo lucha contra eso?
    Sin pretender que hayan cambios constantes o desentenderse totalmente de la rutina

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  10. Jajaj es justamente lo que te dije mientras hablabamos de ese tema.

    Supongo que es dificil anticipar realmente eso. Uno puede asegurar lo que siente en el momento y lo que espera seguir sintiendo, pero quien sabe si el tiempo le da razon? A veces, es dificil conocer y preveer del todo lo que uno mismo va a sentir.

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