Dudar, creer, pensar, saber

Un fragmento de un tema de Stolen Babies me hizo ponerme a pensar en los diferentes matices del saber que puede haber al opinar sobre algo:

“The more you believe, the less that you think

The less that you think, the more that you speak

The more that you speak, the less that you see

The less that you see, the more you believe”

Uno muchas veces usa de sinónimo creer y pensar. Pero lo cierto es que hay una diferencia  abismal entre uno y otro. Ahí les tiro un par de definiciones:

• Dudar: vacilar entre dos opciones contradictorias, no estar seguro, sospechar

• Creer: aceptar como verdad, suponer, tener fe, tener confianza

• Pensar: relacionar ideas, examinar, solucionar, planear

• Saber: conocer, tener certeza

“Pensar” parecería propio de alguien que está atento a su entorno, que toma los datos de éste y lo que hace es vincularlos. Mientras que “creer” sería algo así como “inventarte” tu propio entorno y/o sus vínculos cuando no se los puede percibir del real.

“Creer en lo que imaginamos es lo que nos ayuda a forjar nuevas realidades.”

Jorge González Moore

Decir “yo creo que…” te deja al resguardo de decir que no estás 100% del lado de lo que vas a plantear después. Todavía tenés tus dudas, por ende, en caso de que te prueben que estabas equivocado, uno siempre puede decir “por eso no estaba muy seguro”.
“Yo pienso que…” ya expresa una –supuesta- elaboración previa del tema. Se supone que eso que viene después es la mejor conclusión a la que pudiste llegar. Y al defender algo con tanta seguridad, con tanto aferro, si te llegan a refutar exitosamente tu teoría, te sentirías un poco humillado, no tendrías mucha confianza en volver a defender algo de nuevo.

Hay muchas formas de mirar este tema; algunos valoran mucho el tener fe ciega en algo, y otros lo aborrecen. Ambos –creer y saber- son ineludibles. Pero en la persistencia, pienso yo, está el perfeccionamiento. Si uno sigue tratando iría logrando teorías menos refutables.

“Creo para comprender, y comprendo para creer mejor.”

San Agustín

“Y antes de entender tiene la necesidad de creer. La razón consiste solamente en una fe analizada.”

Franz Schubert

Las personas que tienen una opinión de todo me parece, por mucho, mejor que los que nunca saben nada de nada. Inclusive aún si suelen ser opiniones confrontadoras, revolucionarias, que tengan la tendencia a revolver estómagos. E inclusive aún si esa opinión se basa en explicar porqué uno no puede generarse una opinión al respecto de algún tema. Pero siempre cualquier cosa con un poco de reflexión me resulta mejor que un odioso “qué se yo”.

Al opinar sobre las cosas uno está adoptando y descartando posturas, elige un bando. Que en la colectividad va marcando los matices que lo diferencian con las demás personas. Se define. Aquel que dice “no se” es un eterno imparcial, no se lo puede distinguir, no hay nada que exponga a la posibilidad de aprobárselo o refutárselo.

“Creer significa liberar en sí mismo lo indestructible, o mejor: liberarse, o mejor aún: ser indestructible, o mejor aún: ser.”

Franz Kafka

“Creer significa ser capaz de soportar la duda.”

John Henry Newman

Por otro lado, uno puede caer en el vicio de hablar palabras huecas, aparentando reflexión.

“Creer porque se tenga interés en creer es una prostitución del alma.”

Henri Barbusse

“Los hombres creen gustosamente aquello que se acomoda a sus

deseos.”

Julio César

Como defender posturas ajenas que a primera vista resultaban simpáticas o cómodas, solo para no tener que pensar algo de cero; hacer el resto de tus opiniones en base a esas, y mantenerlas solo por la costumbre. O pensar algo parcialmente con lo que te parece en ese momento, y mañana pensar otra cosa.

“La fe es la gran ‘escabullida’, la gran excusa para evitar la necesidad de pensar y evaluar las diferencias. La fe es creer a pesar de (o incluso tal vez debido a) la falta de evidencias.”

Richard Dawkins

“El necio afirma, el sabio duda y reflexiona.”

Aristóteles

Pero decir que uno duda de absolutamente todo no te hace sabio. Quedarse eternamente deliberando sin llegar nunca a ninguna conclusión no me resulta muy meritorio. Es como que dudar, por más que des tus razones, te deja a un resguardo similar que el de no saber. Si refutaste los paradigmas actuales, tendrías que sugerir uno con que reemplazarlo, por más de que no sea 100% aceptable, habría que optar por EL MÁS aceptable.

“El que sabe, no puede creer. El que cree, no puede saber.”

Ernest Bornemann

“Sólo cree de verdad el que practica lo que cree.”

San Gregorio Magno

¿Y cuando son temas de los no refutables, en los que nadie puede decir certeramente si estás equivocado? Ahí hasta la opinión más patética tiene su lugar. Al decir que uno cree en ese contexto, no se estaría arriesgando porque no sería necesaria ninguna demostración o confirmación. Ahí es donde empieza a tener valor la fe.

“Creemos, sobretodo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.”

Alejandro Dumas

¿Será muy cómodo decir que no creo en nada? Ciertamente, es mucho más fácil refutar que defender. Basta con que aquello que estás evaluando no funcione en un aspecto para que lo refutes. Pero para defender algo tenés que haber comprendido el funcionamiento en todos sus aspectos posibles y en sus repercusiones más remotas sobre su entorno. Por eso, la gente que cree en algo (por más sarta de boludeces que pueda ser) se la juega, se expone.

La excelencia, pienso yo, está en combatir siempre la comodidad, combinando el creer y el dudar, pero siempre recurriendo al pensar. Nunca acepten de primera lo que les digan, por más que les den mil razones súper lógicas, hay que hacer uno el camino, y llegarás a la misma conclusión… o no. Pero nunca, NADA, es “porque sí” o “porque no”.