domingo, 3 de julio de 2011

Cuán saludable es saber decir que no

(Fragmentos de la nota de hoy de Norberto Abdala en la Viva)


Quien es exigente (tanto consigo mismo como con terceros) está convencido que bastan la exigencia y la voluntad para que un objetivo sea alcanzado. Es lo que se resume en la creencia “querer es poder”. Sin embargo, querer y poder no son sinónimos.

La persona exigente tiene tres características francas:
● Pretende objetivos que no sólo quiere o exige al otro alcanzar, sino que los considera muy adecuados y legítimos;
● Se siente el dueño de la verdad y no toma en consideración la opinión del otro;
● Está convencido de que si lo demanda con firmeza le hace un favor a quien resulte exigido.

Cada persona tiene sus límites que debe aceptar con realismo.
Poder decir que no libera, permite dedicarse a lo que verdaderamente se desea y a encontrarse con uno mismo.


Asi que dejen de romperme las pelotas.