jueves, 30 de diciembre de 2010

Espíritu navideño era el de antes

Bueno, empezaron otras vacaciones, otro verano, otras fiestas.
Estas van a ser las más breves en mi haber. Entre los finales que terminaron el veinte y pico de diciembre y vuelven a arrancar a mitad de febrero, entre los viajes con la familia, entre los planes de tomar cursos y aprender cosas antes de que vuelva a empezar la cursada, se me van yendo los días como gotas de agua. Esta noche fue una de las pocas que dormí profundo y de corrido, y me desperté a la mañana y lo primero que pensé fue “¿Ya empezó otro día?”.
Por otro lado, es lindo estar ocupado, tener tantas cosas para hacer –cosas lindas, que te dan placer- que no das abasto. Era solo el verano pasado que tuve casi cuatro meses de vacaciones y del embole me dedicaba solo a mirar los días pasar. Muy feo. Por alguna razón, inercia debe ser, cuanto menos hacés menos querés hacer, y cuanto más hacés más apuro tenés por hacer la siguiente cosa. Pero bueno, uno siempre se queja de igual manera por la falta o el exceso de tiempo.
En cualquiera de los dos casos, desde que uno crece, ya no puede disfrutar como antes del período previo a las fiestas. Por lo menos eso me pasa a mí.
Recuerdo cuando estaba en la primaria: los últimos días de clases, con el calorcito y el solcito radiante ya desde la mañana, estábamos todos re al pedo en el aula y nos la pasábamos jugando a las cartas, charlando con la profesora, o en recreos eternos dando vueltas por el patio. Después llegabas a tu casa y tenías todo el día para vos, no te pedían nada tus viejos ni tenías trámites o pendientes para hacer, así que te veías con algún amigo, jugabas en la pc –o, en mi caso, la play- o mirabas tele hasta cualquier hora. Con suerte capaz tus papás estaban de humor para salir la familia a pasear.
Normalmente tenías como un mes hasta navidad, y uno veía las lucecitas y los adornos, los especiales de navidad en la tele, pensabas en los regalos que querías que te dieran, y las expectativas hacían esa previa muy alegre y llena de ansias. No importaba con quién o en dónde elegían tus papás pasar las fiestas, nadie te caía mal ni tenías que volver para irte a algún otro lugar, solo te importaba si habría otros nenes de tu edad. Tampoco tenías una mínima noción de la hora, lo cual hacía esas noches atemporales y mágicas. (Porque a uno de pibe no le explican nada, no te cuentan los planes, así que no sabías qué iba a pasar, incluso si era lo que hacías todos los años.) La única excepción era cuando terminabas de comer y te decían que eran las once y X minutos y estaba por venir papá noel, o que iban a empezar los fuegos artificiales. Ahh, los fuegos artificiales, ese momento único en que nadie habla, todos se quedan juntos mirando para el mismo lado, pensando solo lo que cada uno sabe, pero que seguramente a todos por igual nos hace dar ganas, por alguna razón, de tener a las personas que más querés al lado tuyo en ese mismo momento…
Después abrías los regalos y te ponías a jugar otro poco hasta que tus viejos te dijeran que se iban. Instantáneamente llegabas a tu casa y tenías sueño, así que dormías tranquilamente hasta el día siguiente, que irías a la casa de algún familiar con buen patio y, de ser posible, pileta a pasar el día. Y así otra vez en año nuevo.
De chico tampoco te importaba cuándo, por cuánto y a dónde te ibas de vacaciones. No siempre era igual de divertido, pero éramos como medio inmunes a pasarla mal, siempre te hacías algún amigo en la playa o les rompías los quinotos a tus viejos y te las arreglabas para entretenerte. No había agenda, no había fechas, no había deberes, no había cansancio, no había angustia, no había preocupaciones, no había pretensiones. Tampoco había mucho libre albedrío, obviamente, pero es más fácil “hacer lo que podés con lo que tenés” cuando tenés poco, no?
Ahora, ya sea muy corto o muy largo, la previa a las fiestas no es alegremente ansiosa como antes. Es molesta por los preparativos, indecisa por los regalos, preocupante por los gastos, agotadora por las corridas. Las fiestas son un día más de tu vida, que además tratás de que sea lo más breve posible porque estás cansado, no te bancás a algún/os de los que están ahí, querés estar en otro lado, es un quilombo organizar algo, o simplemente sos un depresivo y el balance de fin de año te lleva instintivamente a lo malo, te parecen hipócritas las fiestas, te parece frívolamente comercial la navidad, te da epilepsia la intermitencia de las lucecitas de colores. Demasiadas complicaciones.
Yo siempre digo, el espíritu navideño era el de antes. Y no digo por tener la necesidad de decorar tu casa hasta provocar una bajada de tensión, gastarte el sueldo anual en tres cohetes o andar con una sonrisa pensando en un viejo atérmico vestido de rojo. Se perdió la ilusión del festejo, se volvió un trámite. Antes me maravillaba saber que así como estaba yo contando “3…2…1… Feliz año nuevo!!!” estaban también en la otra punta del mundo; ahora mientras brindo, por mí mi vecino puede estar leyendo el diario y hablando de las acciones de la bolsa.
Quiero que todos quieran festejar las fiestas masivamente, tienen todo el resto del año para cortarse ermitañamente, que saluden a desconocidos en la calle, que hablen de corazón y se abran a los demás, que agradezcan lo bueno de las personas que tienen alrededor, por más de que caigan mejor o peor, que por lo menos, están ahí con vos. La mayoría siempre posterga las reuniones, la palabra de aprecio, los buenos actos. Es un hecho que el mundo es individualista y egoísta, como dije una vez. Pero si tenés corazón y lo que te hace aislarte son los tiempos acelerados de hoy, aprovecha las fiestas para ser lo cariñoso y alegre que no pudiste durante el año.
¡Que la navidad y el año nuevo vuelvan a ser días atípicos!

martes, 21 de diciembre de 2010

Schism

I know the pieces fit 'cause I watched them fall away
Mildewed and smoldering, fundamental differing
Pure intention juxtaposed will set two lovers' souls in motion
Disintegrating as it goes, testing our communication
The light that fueled our fire then has burned a hole between us so
We cannot see to reach an end, crippling our communication

I know the pieces fit 'cause I watched them tumble down
No fault, none to blame, it doesn't mean I don't desire
To point the finger, blame the other, watch the temple topple over
To bring the pieces back together, rediscover communication

The poetry that comes from the squarin' off between
And the circling is worth it, finding beauty in the dissonance

There was a time that the pieces fit but I watched them fall away
Mildewed and smoldering, strangled by our coveting
I've done the math enough to know the dangers of a second guessing
Doomed to crumble unless we grow and strengthen our communication

Cold silence has
A tendency to
Atrophy any
Sense of compassion

Between supposed brothers
Between supposed lovers

I know the pieces fit, I know the pieces fit
I know the pieces fit, I know the pieces fit
I know the pieces fit, I know the pieces fit
I know the pieces fit, I know the pieces fit


Tool

jueves, 16 de diciembre de 2010

El amor II

Como dije, ya quería poder leer los libros de Rolón. Y eso estoy haciendo, entre final y final.
El primero, que ya les nombré, lo terminé hace unas semanas. Ahora les traigo un fragmento de su segundo libro, Palabras cruzadas (uno mejor que el otro). Enjoy.

     - Pero no entiendo -dije-. Si realmente pensás todo eso de Analía, ¿por qué no terminás tu relación con ella?
Suspira.
     - Porque estoy enamorado.
Sonrío.
     - Me parece bien. Pero con el amor no basta.
Me mira.
     - ¿Qué querés decir?
     - Que el amor tiene demasiada buena prensa ¿no te parece? -me escucha atentamente y me interroga con la mirada-. Quiero decir que el amor, como diría un matemático, es condición necesaria pero no suficiente para que una pareja funcione; si no hay amor difícilmente pueda sostenerse una pareja sana, pero que el amor esté presente no garantiza que se pueda llevar adelante una relación placentera y feliz.
     - ¿Hacen falta otras cosas?
     - Por supuesto.
     - ¿Cuáles?
     - El respeto, la lealtad y el buen trato, por ejemplo. Pero sobre todo, la posibilidad de convivir en un clima que resulte placentero, que dé ganas de vivirlo. Te digo que muchas más veces he visto salir adelante a parejas que, amándose un poco menos, convivían en armonía que a las que amándose locamente no podían llevarse bien por cuestiones de carácter.

     - ¿Qué me estás queriendo decir?
     - Que por mucho que la ames, si no lográs construir una relación que pueda ser vivida sin angustia, el pronóstico de esta pareja es muy oscuro.
     - Ella también dice que me ama y que no podría vivir sin mí.
     - ¡Qué romántico! ¡Me vas a hacer llorar!
Se ríe.
     - ¿Me estás cargando?
     - Sí, Rodolfo, porque estar con alguien no implica no poder vivir sin él. Hace un tiempo hablamos de la diferencia entre el deseo y la necesidad. ¿Te acordás?
     - Sí.

     - Bueno, aquello que trabajamos referido al sexo, también se aplica al amor. El amor sano no implica que alguien no «pueda» vivir sin el otro, porque eso sería patológico. Implica que no «quiere» vivir sin el otro aunque pueda, que «desea» estar a su lado porque con esa persona su vida es más plena que sin ella. De modo que es muy lindo que se amen tanto, pero si vos seguís tan enojado y te cuesta tanto aceptarla, con ese amor no hacemos nada.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La Cantata del Diablo (Missit me Dominus)

(Fragmento)


Padre nuestro, de todos nosotros,
de los pobres, de los sin techo,
de los marginados y de los desprotegidos,
de los desheredados y de los dueños de la miseria,
de los que te siguen y de los que en ti, ya no creemos.

Baja de los cielos, pues aquí está el infierno,
baja de tu trono, pues aquí hay guerras, hambre, injusticias.
No hace falta que seas uno y trino,
con uno solo que tenga ganas de ayudar, nos bastaría.

¿Cual es tu reino?
¿El vaticano?
¿La banca?
¿La alta política?

Nuestro reino es Nigeria, Etiopía,
Colombia, Hiroshima.
El pan nuestro de cada día son las violaciones,
la violencia del género, la pederastia,
las dictaduras, el cambio climático.

En la tentación caigo a diario,
no hay mañana en la que no esté tentado de crear a un Dios humilde, justo.
Un Dios que esté en la Tierra,
en los valles, los ríos,
un Dios que viva en la lluvia,
que viaje a través del viento y acaricie nuestra alma.

Un Dios de los tristes, de los homosexuales,
un Dios más humano,
un Dios que no castigue, que enseñe,
un Dios que no amenace, que proteja.
Que si me caigo, me levante.
Que si me pierdo, me tienda su mano.
Un Dios que si yerro, no me culpe.
Y que si dudo, me entienda.
Pues para eso me doto de inteligencia,
para dudar de todo.

Padre nuestro, de todos nosotros,
¿Por qué nos has olvidado?
Padre nuestro, ciego, sordo y desocupado,
¿Por qué nos has abandonado?


Mägo de Oz

lunes, 6 de diciembre de 2010

Sprawl

FC: The Freedom Club

Hoy les traigo a Ted Kaczynski, más conocido como the Unabomber (University and Airline Bomber), un matemático estadounidense famoso por mandar bombas por correo que mataron a tres personas e hirieron a veintitrés.

Resulta ser que el chabón decía que las tecnologías modernas, al requerir una organización a gran escala, limitaban la libertad y autonomía humana, esclavizándonos para su crecimiento y alejándonos cada vez más de nuestros modos primitivamente “naturales”.
A los 30 años, más o menos, se fue a vivir a una cabaña que construyó él mismo en el medio de la nada un bosque, sin electricidad ni gas ni agua corriente nisiquieraunputoinodoro, para adquirir habilidades de supervivencia que lo hagan autosuficiente. Su campaña terrorista empezó cuando vio que su entorno natural estaba siendo destruido por las industrias. Más específicamente, cuando su “favorite wild spot” fue reemplazado por una ruta se desató su sed de venganza.
Él dice que con el tiempo dejó de creer que era posible una reforma y empezó a apuntar a un colapso violento del sistema industrial, mediante consecuentes actos violentos. Así empezó a armar bombas caseras en su cabañita, destinadas a quienes él consideraba que eran exponentes de ese sistema, en sobrecitos rojos y verdes de regalo para navidad. Una vez que atrajo la suficiente atención, prometió que iba a terminar con los actos terroristas si publicaban en el diario su manifiesto, y sino iba a hacer volar algún avión random a lo 11/9.
Un año y medio después de que lo publicaran, a su hermano le cae la ficha y lo manda al frente con el FBI, quienes cayeron con un par de papitas y gaseosas en su cabañita en Montana. No debió haber sido un gran anfitrión, porque lo condenaron a cadena perpetua en la cárcel, la cual muy responsablemente está cumpliendo en la actualidad.
Lo gracioso de todo esto es que estuvo 18 años bombardeando postalmente porque usaba materiales antiguos y era imposible rastrearlo por la fecha de fabricación de los componentes, y los sistemas de seguridad no estaban preparados para lidiar con esta falta de tecnología. Un punto para el loco homicida.

Cualquiera pensaría que al flaco se le fue un poco la mano, pero convengamos que efectivamente fue el que más -por no decir el único que- se hizo escuchar. Y cuando uno se imagina estando en su lugar, entiende un poco lo que debió sentir. Realmente, hay que tener pelotas para renunciar al aire acondicionado y la estufa, a la heladera y el microondas, a la tele y la computadora, tooodo para asegurarte que sos capaz de vivir sin comodidades. Pensarán que es innecesario tratar de hacerlo, ¿no? A mí personalmente me parece algo bastante sensato; no porque crea que de un día para el otro dejen de estar esas comodidades, sino porque el hecho de saber que cosas tan corrientes como el agua potable se van a ir volviendo un lujo en unos años me hace dudar de qué haría yo si en algún momento dejara de poder costearme una buena vida. Si ahora me da la impresión que no doy abasto con el ritmo en el que se renuevan los productos y aparecen novedades –y desaparecen antigüedades-, pensar en que esa velocidad crezca exponencialmente asusta un poco... ¿qué pasa con los que van quedando atrás?

Igual creo que Kaczkjdajhflkjhrlghjinnski se va un poco al carajo, porque él ya considera a la civilización como antinatural, contraproducente, una porquería, con frases como: “Rules and regulations are by nature oppressive. Even ‘good’ rules are reductions in freedom” y “The system does not and cannot exist to satisfy human needs. Instead, it is human behavior that has to be modified to fit the needs of the system”.
Los humanos siempre tuvimos necesidad de vivir en sociedad y, sumado al crecimiento en la cantidad de ejemplares, es lógico que la sociedad sea más grande y más compleja. La libertad total existiría si fueses el único en el planeta, pero dado que no es el caso, es como la frase esa de 'mi libertad termina donde empieza la del otro', por ende, las reglas son necesarias para tener un mínimo de paz y, a la vez, permitirles a todos tener un espacio donde vivir.

Pero bueno, él cree fervientemente que hay que volver a las leyes de la naturaleza para dejar de destruirla –muy valorable-, y por ende, a una vida precaria –si me sacan la tele, mato gente-. Suponiendo que de alguna forma se diera cabida a su utopía, el precio que tendríamos que pagar es el de no menos que billones de vidas humanas. Porque claro, cada uno se tendría que abastecer con lo que sí mismo puede obtener y/o producir, y con la cantidad de personas que somos, tener un cachito de tierra donde plantar un brócoli sería tener muchísima suerte. Y eso suponiendo que no te vienen encima los guardaespaldas de Ricky Fort a aplicar el concepto de 'la supervivencia del más fuerte'. Además, si ahora nos horroriza la situación de los más desamparados, imagínense que éstos serían el clero del nuevo mundo. Pero bueno, el Unabomber está dispuesto a tomar esos riesgos: “For those who realize the need to do away with the techno-industrial system, if you work for its collapse, in effect you are killing a lot of people. If it collapses, there is going to be social disorder, there is going to be starvation, there aren't going to be any more spare parts or fuel for farm equipment, there won't be any more pesticide or fertilizer on which modern agriculture is dependent. So there isn't going to be enough food to go around, so then what happens? This is something that, as far as I've read, I haven't seen any radicals facing up to.” Menos mal que no llegó a presidente de Estados Unidos.

Es verdad que la sociedad como la conocemos hoy trajo aparejados muchos puntos negativos para nosotros mismos, pero también trajo muchos positivos. Si a Ted Kaczynski le parecía que nos habíamos pasado de la raya y que nuestro lugar era el de la sociedad preindustrial –siendo muchísimos menos y viviendo muy rascamente- me parece que en vez de irse a Montana se tendría que haber ido al Amazonas que ahí seguro no le clavan una carretera en su sala de té para recibir visitas entre el roble y el cedro. El tipo a la fuerza quería cambiar la sociedad a algo que a él le gustaba sin preguntar si los demás estábamos de acuerdo. Bueno, yo voto por restringir un poco mi libertad a cambio de organización, arriesgarme a los traumas a cambio de la complejidad, jugar un poco con fuego a cambio de saber y entender, ser dependiente a cambio de un mejor estilo de vida. Pero lo que creo que no nos podemos dar el lujo de hacer es tomar tanta posesión del planeta y tratarlo como si fuésemos los creadores, cuando somos simples huéspedes.

Igual, plantea muchas cosas interesantes para poner en consideración. Acá les tiro un par de ítems de su manifiesto:

● In modern industrial society only minimal effort is necessary to satisfy one's physical needs.

● A theme that appears repeatedly in the writings of the social critics of the second half of the 20th century is the sense of purposelessness that afflicts many people in modern society.

● But even if we are wrong, the increasing rate of depression is certainly the result of SOME conditions that exist in today's society. Instead of removing the conditions that make people depressed, modern society gives them antidepressant drugs. In effect, antidepressants are a means of modifying an individual's internal state in such a way as to enable him to tolerate social conditions that he would otherwise find intolerable.

● It is important not to confuse freedom with mere permissiveness. It is not possible to make a LASTING compromise between technology and freedom, because technology is by far the more powerful social force and continually encroaches on freedom through REPEATED compromises.

Its is important, too, to realize that deadly violence among primitives is not even remotely comparable to modern warfare. When primitives fight, two little bands of men shoot arrows or swing war-clubs at one another because they want to fight; or because they are defending themselves, their families, or their territory. In the modern world soldiers fight because they have been brainwashed into believing in some kook ideology such as that of Nazism, socialism, or what American politicians choose to call "freedom". In any case the modern soldier is merely a pawn, a dupe who dies not for his family or his tribe but for the politicians who exploit him. If he's unlucky, maybe he does not die but comes home horribly crippled in a way that would never result from an arrow- or a spear-wound. Meanwhile, thousands of non-combatants are killed or mutilated. The environment is ravaged, not only in the war zone, but also back home, due to the accelerated consumption of natural resources needed to feed the war machine. In comparison, the violence of primitive man is relatively innocuous.

● The industrial-technological system may survive or it may break down. If it survives, it MAY eventually achieve a low level of physical and psychological suffering, but only after passing through a long and very painful period of adjustment and only at the cost of permanently reducing human beings and many other living organisms to engineered products and mere cogs in the social machine. If the system breaks down the consequences will still be very painful. But the bigger the system grows the more disastrous the results of its breakdown will be, so if it is to break down it had best break down sooner rather than later.

 The techno-industrial system is exceptionally tough due to its so-called "democratic" structure and its resulting flexibility. Because dictatorial systems tend to be rigid, social tensions and resistance can be built up in them to the point where they damage and weaken the system and may lead to revolution. But in a "democratic" system, when social tension and resistance build up dangerously the system backs off enough, it compromises enough, to bring the tensions down to a safe level.

In any case it is not normal to put into the satisfaction of mere curiosity the amount of time and effort that scientists put into their work.

Revuelve un poco las tripas, pero no puedo evitar sentir que tiene mucha razón. No parece haber motivos para tener miedo porque todavía no hubo ni un atisbo de que las máquinas estén tramando un plan de dominación mundial, pero pase lo que pase, es seguro que nos estamos haciendo cada vez más dependientes a la tecnología. Por un lado, no parece estar mal; siempre vamos a ser dependientes a algo para existir: la tierra, el aire, el agua… no pareciera que vendimos nuestras almas por introducir una dependencia más a cambio de un poco de confort. Pero después ves cómo la tecnología y la industria crecen en detrimento de la ecología y la naturaleza, y ahí si uno se empieza a sentir del lado del diablo. Porque estamos seguros que la ecología y la naturaleza son sinónimo de un planeta sano y, esperemos que, duradero. Pero las comodidades artificiales que catalogamos como enemigas de la vida natural, serían por consiguiente asesinas del planeta. Extrapolemos todo por un momento: desarrollamos una tecnología sin límites al precio de transformar la tierra en un lugar totalmente árido, pero bueno, por lo menos podemos crear agua y comida de la nada apretando un botón. La Tierra eventualmente se resquebraja como un mero cacho de roca.
Pero como somos re guachiguau, lo predijimos y nos tomamos el palo en nuestras naves intergalácticas. ¿Qué sigue? ¿Hacer una colonia e ir destrozando planeta por planeta? ¿Y así hasta que no quede más lugar habitable en el universo, o hasta que vengan Kodos y Kang de improvisto un día que no teníamos tablas con clavos? Y eso sin mencionar como nos cagamos en las plantas y los animales –¡ellos también tienen sentimientos! (?)-. Nah, la verdad lo nuestro es egoísmo puro. Muy lindo tener curiosidad, creatividad e inventiva, pero como dice el muchacho bombardero, el hecho de que podamos ¿significa que debamos? Y como le dice su tío a Peter Parker, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Pero bueno, como el fumador preocupado por el cáncer de pulmón que muere en un accidente de tráfico, supongamos que nos estamos haciendo mucho la cabeza y en realidad en 10 años nos cae un meteorito o nos chupa un agujero negro y todo fue al pedo.

Pero igual, el vaticinio paranoico estándar siempre va a estar: “But we are suggesting neither that the human race would voluntarily turn power over to the machines nor that the machines would willfully seize power. What we do suggest is that the human race might easily permit itself to drift into a position of such dependence on the machines that it would have no practical choice but to accept all of the machines decisions. As society and the problems that face it become more and more complex and machines become more and more intelligent, people will let machines make more of their decision for them, simply because machine-made decisions will bring better result than man-made ones. Eventually a stage may be reached at which the decisions necessary to keep the system running will be so complex that human beings will be incapable of making them intelligently. At that stage the machines will be in effective control. People won't be able to just turn the machines off, because they will be so dependent on them that turning them off would amount to suicide... Technology will eventually acquire something approaching complete control over human behavior.

No me resulta muy realista hoy por hoy el concepto de “máquinas inteligentes”. Es como que la gente se olvida que, por más compleja que sea la máquina y por más que cada vez sea menos la gente que comprenda el funcionamiento de una de principio a fin, son los humanos las que las diseñaron, programaron y construyeron para que den respuestas más rápidas a problemas más complejos. Las máquinas no son más inteligentes; solo se las van complejizando. Siguen siendo un montón de circuitos preparados para hacer algo en cierta circunstancia. Pero lo cierto es que, hace varios siglos era mucho menor el repertorio de conocimientos universales, por ende estaba más al alcance de todos poseer gran porcentaje del mismo. Ahora es tanto que con suerte nos podemos especializar en una partecita, pero no nos da la vida ni las energías para pretender entender y saber hasta el último dato que repercute en nuestro campo. Y creo yo, que genera una “desconfianza” saber que solo aportamos una partecita y que no podríamos con el todo sin necesitar de otros especialistas en otras partecitas. Creo que eso hace que se sienta como que la tecnología nos domina, pero la verdad es que –por lo menos hasta ahora- seguimos siendo nosotros los que decidimos seguir y seguir avanzando.

Kaczynski dice que es imposible escaparse de la tecnología industrial por varios motivos: porque si usás cualquier parte de ella, el sistema demanda servilismo; porque la tecnología no se “revierte” a sí misma, y nunca libera lo que toma; porque no tenemos elección de qué tecnologías usar a largo plazo.
Entonces, la duda que, por lo menos a mí, me introdujo el señor este es: la ciencia, ¿puede permitirse avanzar sin ningún tipo de regulación bajo el slogan de descubrimiento y desarrollo? ¿No hay consecuencias en llegar tan lejos? Porque si el problema solo se trata de no ir en contra de la naturaleza, ya se están desarrollando tecnologías bioambientales que minimicen este problema. No, el miedo viene de pensar qué haríamos si colapsara la tecnología, o peor, si nos gobernara. Parece muy volado considerar seriamente una teoría que te plantea una novela o una película de ciencia ficción porque parece tan lejano a hoy. Por otro lado, parece necio autolimitarse tanto como para volver a una época medieval apestosa y llena de excrementos solo por la incertidumbre del “y si” y la intolerancia a los “pero”. Es innegable que al abrir la posibilidad de conseguir un montón de cosas, consideradas valiosas, margina a aquellos que no llegan a conseguirlas, amplia más la brecha, genera infelicidad, insatisfacción, angustia. Pero es sumamente estúpido para mí pensar que la solución es quitar esas posibilidades de una y que estemos todos ‘igual de mal’. La angustia nunca se va a erradicar, la competencia y la supervivencia del más fuerte tampoco. Solo se reemplazan por otras formas. Cambiamos el peligro de que un animal pueda atacarte en tu cuevita en la montaña por poner policías y cárceles, pero estar a merced de recibir abusos desde otros lados. ¿Piensan que sin la globalización y la cantidad descomunal de gente que hay no habría crímenes horribles? Si que los habrían, y como nadie se enteraría ni sancionaría, probablemente serían de un porcentaje muchísimo mayor.
Pero, ¿quién me dice que actualmente no hay alguien en el mundo en plan de diseñar inteligencia artificial verdadera, o alguna estupidez por el estilo? Ya se pasaron tranquilamente de los límites de lo que es moral para la mayoría con cosas como usar células madre de embriones para curar gente, o más fácilmente, el aborto. ¿Qué pasaría si lograran algún tipo de avance que se les fuera de control? Y no hablo de un Chernobyl en el que las cosas salieron mal; hablo de algo que les saliera demasiado bien.

En esta sociedad uno está expuesto a muchos vicios poco saludables que no estarían en una sociedad puramente rural, pero también está al alcance de la mano una vida sana y plena, que la precariedad nunca podría ofrecer. No creo que sea justo quitarles a todos esa posibilidad debido a que muchos se ‘descarriaron’ y cayeron ante lo nocivo.

Sí, es verdad que el sistema complejo como es hoy restringe bastante la libertad de uno, pero también abre muchas nuevas posibilidades: como leí por ahí un ejemplo, sobre qué hacer una tarde: viviendo como un ermitaño en una montaña tenés menos opciones pero total libertad; en cambio, en nuestra sociedad, están más delimitados los modos de actuar, pero hay muchas más opciones a disposición. Cada uno decidirá qué tanto se deja absorber por las comodidades. Supongo que no estamos en derecho de exigir que dejen de buscarlas.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo

Este es un capítulo del libro escrito por Dale Carnegie titulado “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”; es de difusión libre (se lo pueden bajar de Internet). Son cuatro partes y acá yo hice una síntesis de la primera. Espero que les guste y les resulte provechoso.

~1~
Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena

● John Wanamaker, fundador de las tiendas que llevan su nombre, confesó una vez: “Hace treinta años he aprendido que es una tontería regañar a los demás. Bastante tengo con vencer mis propias limitaciones sin irritarme por el hecho de que Dios no ha creído conveniente distribuir por igual el don de la inteligencia”.

● La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse. La crítica es peligrosa porque lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento.

● El mundialmente famoso psicólogo B. F. Skinner comprobó, mediante experimentación con animales, que premiando la buena conducta los animales aprenden más rápido y retienen con más eficacia que castigando la mala conducta. Estudios posteriores probaron lo mismo aplicado a los seres humanos. Por medio de la crítica nunca provocamos cambios duraderos, y con frecuencia creamos resentimiento.

● Hans Selye, otro gran psicólogo, dijo: “Tanto como anhelamos la aprobación, tememos la condena”. El resentimiento que engendra la crítica puede desmoralizar empleados, miembros de la familia y amigos, y aun así no corrige la situación que se ha criticado.

● Comprendamos que las críticas son como palomas mensajeras. Siempre vuelven al nido. Comprendamos que la persona a quien queremos corregir y censurar tratará de justificarse probablemente, de censurarnos a su vez.

● Y cuando la Sra. de Lincoln y otras personas hablaban duramente de la gente del sur de los Estados Unidos, Lincoln respondía: “No los censuréis; son tal como seríamos nosotros en circunstancias similares”.

● ¿Conoce usted a alguien a quien desearía modifi car, y regular, y mejorar? ¡Bien! Espléndido. Yo estoy en su favor. Pero, ¿por qué no empezar por usted mismo? Desde un punto de vista puramente egoísta, eso es mucho más provechoso que tratar de mejorar a los demás. Sí, y mucho menos peligroso. “No te quejes de la nieve en el techo del vecino -sentenció Confucio- cuando también cubre el umbral de tu casa.”

● Cuando tratamos con la gente debemos recordar que no tratamos con criaturas lógicas. Tratamos con criaturas emotivas, criaturas erizadas de prejuicios e impulsadas por el orgullo y la vanidad.

● Benjamin Franklin, carente de tacto en su juventud, llegó a ser tan diplomático, tan diestro para tratar con la gente, que se lo nombró embajador norteamericano en Francia. ¿El secreto de su éxito? “No hablaré mal de hombre alguno -dijo- y de todos diré todo lo bueno que sepa.”

● Cualquier tonto puede criticar, censurar y quejarse, y casi todos los tontos lo hacen. Pero se necesita carácter y dominio de sí mismo para ser comprensivo y capaz de perdonar. “Un gran hombre -aseguró Carlyle- demuestra su grandeza por la forma en que trata a los pequeños.”

● En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad. “Saberlo todo es perdonarlo todo.”

 
~2~
El gran secreto para tratar con la gente

● Sólo hay un medio para conseguir que alguien haga algo. Y es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo. La única manera de conseguir que usted haga algo es darle lo que usted quiere.

● Lincoln empezó una vez una carta con estas palabras: “A todo el mundo le agrada un elogio”. William James dijo: “El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado”.

● Si usted me dice cómo satisface sus deseos de ser importante, le diré qué es usted. Eso es lo que determina su carácter. Es la cosa más significativa que hay en usted.

● “Considero -dijo Schwab- que el mayor bien que poseo es mi capacidad para despertar entusiasmo entre los hombres, y que la forma de desarrollar lo mejor que hay en el hombre es por medio del aprecio y el aliento. Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios.” Esto es lo que hacía Schwab. Pero, ¿qué hace la persona común? Precisamente lo contrario. Si alguna cosa no le gusta, arma un escándalo; si le gusta, no dice nada.

● Hace unos años se hizo un estudio sociológico entre esposas que habían abandonado sus hogares, ¿y cuál creen que fue la razón principal que dieron para haber tomado su decisión? “Falta de aprecio.” Si se hiciera un estudio similar entre maridos que han huído de sus casas, creo que se llegaría a la misma conclusión. Con frecuencia damos tan por sentada la presencia de nuestro cónyuge, que nunca le manifestamos nuestro aprecio.

● Alimentamos los cuerpos de nuestros hijos y amigos y empleados; pero muy raras veces alimentamos su propia estima. Les damos carne y papas para que tengan energía; pero descuidamos darles amables palabras de aprecio que cantarían durante años en su recuerdo.

● Es claro que la adulación no da resultados con la gente que discierne. Es algo hueco, egoísta y poco sincero. Su empleo debe conducir al fracaso, y así ocurre generalmente. La diferencia entre la apreciación y la adulación es muy sencilla. Una es sincera y la otra no. Una procede del corazón; la otra sale de la boca. Una es altruista; la otra egoísta. Una despierta la admiración universal; la otra es universalmente condenada. “No temas a los enemigos que te atacan. Teme a los amigos que te adulan”. Adular es decir a la otra persona lo que se piensa de uno mismo.

● La próxima vez que usted disfrute de una buena cena en su club, mándele sus felicitaciones al chef, y cuando un vendedor fatigado le muestre una cortesía inusual, no deje de agradecerla. Trate de dejar un rastro de pequeñas chispas de gratitud en sus jornadas. Le sorprenderá ver cómo encienden pequeñas llamas de amistad que vuelven a brillar en su próxima visita.

● Herir a la gente no sólo no la cambia, sino que es una tarea que nadie nos agradecerá. Dejemos de pensar en nuestras realizaciones y nuestras necesidades. Tratemos de pensar en las buenas cualidades de la otra persona. Olvidemos entonces la adulación. Demos prueba de una apreciación honrada, sincera, de esas cualidades. Seamos “calurosos en la aprobación y generosos en el elogio”, y la gente acogerá con cariño nuestras palabras y las atesorará y las repetirá toda una vida, años después de haberlas olvidado nosotros.


~3~
“Quien puede hacer esto tiene al mundo entero consigo; quien no puede, marcha solo por el camino”

● ¿Por qué hablar de lo que necesitamos o deseamos? Eso es infantil. Absurdo. Claro está que a usted le interesa lo que necesita o desea. Eso le interesa eternamente. Pero a nadie más le interesa. Los demás son como usted o como yo: les interesa lo que ellos desean o necesitan. De modo que el único medio de que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo conseguirlo.

● El profesor Henry A. Overstreet, en su ilustrativo libro Influenciando el comportamiento humano dice: “La acción surge de lo que deseamos fundamentalmente... y el mejor consejo que puede darse a los que pretenden ser persuasivos, ya sea en los negocios, en el hogar, en la escuela o en la política es éste: primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo. Quien no puede, marcha solo por el camino”.

● Mañana querrá usted persuadir a alguien de que haga algo. Antes de hablar, haga una pausa y pregúntese: “¿Cómo puedo lograr que quiera hacerlo?”. Esa pregunta impedirá que nos lancemos impetuosamente a hablar inútilmente de todos nuestros deseos.

● “Si hay un secreto del éxito -dijo Henry Ford- reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio.”

● Y si un vendedor puede demostrarnos que sus servicios o sus productos nos ayudarán a resolver nuestros problemas, no tendrá que esforzarse por vendernos nada. Ya lo compraremos nosotros. Y un cliente desea creer que él es quien compra, no que hay quien le vende.

● El mundo está lleno de personas egoístas, aprovechadoras. De manera que los pocos individuos que sin egoísmo tratan de servir a los demás tienen enormes ventajas. No hay competencia contra ellos. Owen D. Young dijo: “El hombre que se puede poner en el lugar de los demás, que puede comprender el funcionamiento de la mente ajena, no tiene por qué preocuparse por el futuro”.

● Ver desde el punto de vista de la otra persona, y despertar en esa persona un deseo ferviente de algo, no debe confundirse con manipular a esa persona de modo que haga algo en detrimento de sus propios intereses. Ambos partidos deben salir ganando en la negociación.

● Cuando tenemos una idea brillante, en lugar de hacer que la otra persona piense que es nuestra, ¿por qué no dejarle que prepare esa idea por sí mismo? Entonces considerará que esa idea es suya; le gustará, y quizá se sirva dos porciones.


En pocas palabras:

~Regla 1~
No critique, no condene, ni se queje.

~Regla 2~
Demuestre aprecio honrado y sincero.

~Regla 3~
Despierte en los demás un deseo vehemente.